MÉRIDA I. Donde termino y empezó todo.

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Bastará con empezar diciendo que compartí en resumidas cuentas  unos 4 años  de mi vida con una persona que quise mucho y esa persona fue la encargada de llevarme a Mérida encaminada por la aventura de no saber a dónde iría, ni en qué condiciones estaría, una vez que solo me dijo que hiciera las maletas que nos íbamos, que este sería un viaje sorpresa donde yo solo pregunte ¿si para el verano o para el frio? Así.

Después de haberlas hecho solo sabiendo el 50% de mi destino, me asegure de despedirme de mis padres y continuar el plan.

Pasadas las 4:00pm de ese día termine mis maletas e hice demorar el plan de aquella persona llegando unos pocos minutos tarde a la puerta de entrada que nos daría asilo (La casa de su padre) durante lo poco que le quedaba a la noche para salir desde Caracas en la madrugada del siguiente día. Dada la tardanza y la premura del cierre a aquel lugar nos tocó pasar la noche en ‘’La Máquina’’ (Su vehículo), así le llamaban, está y nosotros dos por seguridad pasamos la noche en un taller mecánico cerca del lugar donde el encargado de confianza era la misma persona cómplice y responsable de llevarnos al destino de aventura, Mérida.

Una vez descansados a las 3:00am sonó el despertador y apareció César Alejandro, la figura responsable y anfitrión de este viaje, trayéndonos café para despertar y activarnos un poco, ya todo estaba listo por su parte junto a una chica que le daríamos la cola (aventon) hasta el Terminal de Santo Domingo una de la primeras ciudades una vez que llegáramos a Mérida, así mismo pasaríamos recogiendo a su tío Julio y Esposa con una niña de 12 años, su hija July, ellos nos esperaban en La Victoria antes de Maracay. Una vez listos y en los carros por la autopista nos despedimos de Caracas y el reloj de La Previsora que marcaba las 3:30 de la mañana un 26 de diciembre de 2014.

A las 5:00am ya estábamos en La Victoria recogiendo a nuestros compañeros de viaje en un árbol de navidad gigantesco, en donde ellos estaban esperándonos aún a oscuras, Julio y su esposa viajaron con nosotros dos y July en el carro de César junto a la chica de Santo Domingo.

Llegamos a Valencia ya eran aproximadamente las 6:00am, desayunamos en un puesto grande de empanadas  cercanos a una estación de gasolina. Yo confiada de que continuaríamos nuestro destino al siguiente estado de Venezuela con destino a Mérida, me sorprenden con la noticia de que ya no tenían ni idea de hacia dónde  iban a agarrar y así perdidos le dimos 3 vueltas a un parque natural  de Valencia, a lo que mi estado de ánimo turbó y preocupó por no saber que carajos iban a hacer este par, mi querido para ese momento y el anfitrión en cuestión; en aquel entonces yo no tomaba viajes de aventura y mis fines de semana por mas casual que parecieran siempre estaban mejor planificados si se trataba de una playa o un destino en específico al menos este estaba conocido por mi piloto.

Pues nada misión tecnología, me toco defendernos y sacar el GPS de mi móvil inteligente para ver hacia donde carajos íbamos a seguir pero con dirección a Mérida!!.

Tomando el mapa digital desde mi smartphone retomamos la dirección hacia el estado Cojedes para luego entrar al estado Portuguesa y jusssto…justo ya cuando todo marchaba bien, el carro de César empezó a fallar, no sé de qué se trataba exactamente porque no soy mecánico pero por suerte él sí lo era.

Entre varias paradas y recalentadas del vehículo ya en el estado Portuguesa decidimos parar en medio de una avenida de Acarigua que no recuerdo (Yo no era tan atenta de mis destinos) esta avenida cercana a una bomba y a un hotel fue lo más parecido al primer hospedaje que me tocó tener por unas largas horas, 6 para ser exacta, y entre tantas vueltas que dimos por la seca y solitaria ciudad de Acarigua mi ex querido, el responsable y yo buscando el repuesto, decidía bajarme a cada instante a hidratarme con una cerveza bien fría en las licorerías más cercanas a algún taller mecánico donde buscábamos el repuesto que  le faltaba al plateado.

César en medio de sus habilidades logró prender el auto, improvisando con claras de huevos, si señores claras de huevo, con las que haces unas tortillas y como por arte culinaria reparó el radiador o quien sabe lo que tenía el carro! A mí por otra parte me tocó improvisar en aquella bomba un almuerzo de sanduches con jamón y queso y hasta un breve baño en los lavabos de la bomba porque no aguantaba el calorrr con sudorrr ¡Basta! (deteste Acarigua), las horas que tuvimos que pasar ahí y recorrerlo buscando el p*to repuesto que después se resolvió sin él.

De rodada ya por la carretera a este personaje anfitrión se le ocurría la brillante idea después de haber pasado unas cuantas horas en contingencia automovilística seguir destino a Mérida… Mi acompañante lo meditaba, yo desconocía un poco de las posibilidades en la ruta pero no se me hacía para nada grata la idea de dormir dentro de los carros en alguna carretera, mejor que no.

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Despedíamos la tarde en los llanos de Guanare (Portuguesa) con una excelente puesta de sol, yo volvía a tomarle sentido al viaje disfrutando del paisaje y la buena música que traíamos de fondo y ya cuando caía la noche César insistía en que continuáramos así hasta el estado Barinas y Mérida por la carretera del páramo, yo no estaba de acuerdo. Y por suerte  algún amigo de ellos dos apodado ‘’Portugues’’ les aconsejo que no pasáramos la noche así, mejor paráramos en alguna posada u hotel, mientras nosotros muy aventureros hacíamos parada en alguna carretera de Barinas por la noche con demás gondoleros, vendedores ambulantes y hasta un árabe que me toco conocer mientras me bebía un café tarareándome entre su idioma y el español…

que lo salváramos, que lo sacáramos de ahí

que él nos ayudaba’

que él sabía de mecánica, que no sé qué más

Por un momento me pareció secuestrado o esclavizado por los locales de esa zona, al escuchar que lo llamaron en un tono dominante y el corrió asustado, entre tanto me comento que lo habían engañado con algo del pasaporte. ¡Quién sabe!.

A mí me toco seguir mi destino bailando entre la idea de Cesar de que nos fuéramos así a esa alta hora de la noche hasta la carretera del páramo.

Ya estábamos en Barinitas y con suerte la segunda posada donde nos acercamos preguntando por disponibilidad si tenía unas cómodas habitaciones por solo 400 Bs en efectivo para aquel entonces año 2014..

Era accesible y pagamos con confianza una buena habitación con cerámica, ricas sabanas, agua caliente, bien iluminada y limpia. Excelente. Pude descansar con mi compañía luego de un rico baño.

Salimos a las 8:00am exactamente, mejor imposible. Ahora sí, el siguiente destino era Mérida.. Mientras quede encantada de disfrutarme la salida de Barinitas full de casas con flores a sus afueras y sin nada de rejas por el estilo, era como de cuento y todo a plena luz del día. Belleza que me perdería si viajábamos de noche.

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La entrada de Barinas a Mérida estuvo de Lujo! Fue aquí donde conocí el proverbio tibetano de ‘’Quien alguna vez escucha la voz de las montañas, no la olvidará jamás’’ Después de todo empezaba a esclarecer mi mirada y aparecer mágicamente mi sonrisa encantada por las caídas de agua que descendían de aquellas montañas a cobijas de la carretera curveada y repleta con sus muros de contención, unas que otras casitas a sus laderas con niños de rostros tostados que celebraban ‘’La quema del año viejo’’ y nos pedían dinero (Tradición que celebran allá parecida a la quema de un Judá – Un muñeco elaborado por ellos mismos), otras estaban más solas con sus tendederos y ropas guindadas, me hacía sentir especial el olor a la humedad de esa tierra y al mismo tiempo conectada con algo tan sencillo y privilegiado.

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Hicimos una parada tomé muchas fotografías, otras en las que me daba chance desde el roadtrip y en uno de los quioscos a penas páramos nos dimos un break de torta con café… debíamos continuar, nuestro destino en Los Andes era Jaji.

***

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Entre los lugares que estuve de paso fueron San Rafael de Mucuchies y la Iglesia de las Piedras, más delante de ella si nos detuvimos, estacionamos y desayuno-almorzamos unos pastelitos andinos ¡Estaban deliciosos! Y a buen precio. Me empezaba a cautivar con el lugar, el ambiente, sus detalles, la brisa, lo acogedor del campo, las frutas, las fresas con crema y su gente súper amable. Todo con vista a una montaña desde cualquier perspectiva.

Al medio día ya estábamos en la ciudad de Mérida, hacía calor. Con referencia urbana se me hacía lo más parecida a Altamira, claro sin lo acelerada y caótica que puede parecer Caracas a veces con sus semáforos y sus motos. En lo absoluto. Esta era limpia y organizada. Hicimos parada en los cajeros de Banesco y continuamos, sin almorzar, sin parar, sin nada por el estilo. No podíamos darnos bomba debido a las fallas del carro de César y que bueno ‘’ya estábamos cerca de Jaji’’.

No fue así. Por más horas rodamos y rodamos.

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La ciudad y los poblados quedaron atrás luego de unas horas de rodar, siguieron avanzando las horas de carretera cuesta arriba, con un paisaje húmedo, boscoso y encantador, no me quejo. Fascinada y la vez con suspicacia me adentraba a lo que yo menos me imaginariaa… ya habíamos pasado el casco central del pueblo de Jaji, su iglesia y su plaza y lo más similar a un ambiente citado.

Se trataban de unas montañas a 2hrs del poblado, sentía que estaba perdida ya, mientras más avanzaba en la maquina mi mente no reconocía el paradero o como salía yo de ahí si se presentaba una emergencia, me invadía la ansiedad de ver animales, vacas, caballos uno en cada esquina sueltos y a sus anchas como formando parte de un nacimiento viviente. Yo un poco aterrada para ser sincera Jajaja, lo más parecido al contacto animal que había tenido era un perro de mascota, no era mi cotidianidad lidiar con estos animales y menos si no estaban amarrados. ¡Noo! Amárrenlos por favor!.

Llegamos y era campo puro y bien adentrado ¡Sniff, Sniff! Si yo pensaba o me hacia la idea de caminar con mis botines de cuero por algún boulevard, pueblo o calles de piedras.. Jajaja No. Estaba en una montaña pura, fresca y real y sin la menor idea de a cuantos Msnm, posibilidades o señal en el celular.

Nos tocó dejar el carro de César unos metros más abajo y lejos de la casa en un garaje del vecino más cercano y subir fullchola en 1ra hasta la que sería nuestra morada por unas semanas!

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Ahí conocí a La Abuela, la madre de Cesar, la tía Virginia, las primas Paola y Laura contemporáneas conmigo y dos niños encantadores Josué de 6 años y la terrible Abigail de 11 (Hermanitos de Cesar). Ellos serían mi familia durante esos días.. Los demás estarían al final de la tarde o la noche cuando llegaran para conocerlos.  Nosotros llegamos aproximadamente con buen tiempo y luz natural por la empinada carretera a las 4:00pm.

La casa era sencilla, con una cocina de leña y una manguera que soplaba a 1000 xh agua natural del manantial, que fabuloso las bondades que la naturaleza te da. Donde yo vivo racionan el agua, me reprochaba.

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Al frente de la casita me causaba curiosidad un árbol de toronjas bien cargados, llegando me acerque a alcanzar algunas y caí entre los ramales de leñas que estaban abajo. Ya empezaba a inventar.

Por los alrededores de la casa se desplazaban gallinas, pollitos y se posaban las rosas a las afueras de las puertas de las habitaciones, las mismas que conformaban las únicas de la casa. Todos los días desayune con un arreglo de flores diferentes y naturales en la mesa. Mis párpados se sensibilizaban y al fondo desde la casa otra montaña donde algunas veces una lejana vecina ondeaba la bandera casi siempre a las 2 de la tarde para saludar.

Mis días continuaron bailando a veces entre el silencio y la tranquilidad de las montañas y otras entreteniéndome con las travesuras de Abi, Josue y July. No tenían remedio y hasta un día casi me regañan a mí por invitarlos a jugar con pantano como arcilla, ellos le llamaban greda y nos quedaba poco para ponernos creativos JAJAJA.

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Fue más el tiempo que pase con los niños y en un lugar que hice especial para mi que con la persona que había ido.

Cesar solucionaba unos trabajos pendientes de su oficio, los otros estaban en lo suyo, solía ser tan inquieta y no haber aprendido a disfrutar de estos lugares me estremecía.

Virginia se reía de mí por hacer como ella dijo, ‘’mis cosas de ciudad’’ cosas que no aplicaban en la montaña <Yo, me pintaba las uñas> Esta opción y arte nunca resultaron compatibles en el ambiente donde ya estaba así que desistí y me reí también.

La montaña tenía un lugar espectacular que fue testigo de mis escapes, suspiros y muchas horas de descanso sola y a veces si con la grata compañía. Ese lugar era La Vaquera.

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Mi lugar predilecto.

Una Vaquera al sur de la casa donde estuve y más abajo de donde vivía Clemente el encargado y tío de César con su esposa y sus dos hijas, las primas y su bebé. La vaquera me cautivo, en la Vaquera me tocó lidiar con las vacas sueltas en algunos momentos y una Cabra que tenía que saludar con miedo luego de pasar las siembras de maíz para llegarle todos los días que como niñita obsesionada quería ir. El espectáculo me regalaba un valle a cuestas anchas con el Pico Bolívar de fondo, que más quería pedir. No sabía de qué se trataba ni con que se comía eso… Pero me lo disfrutaba.

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En las noches nos invitaron a  dar paseos por casas de otras familias, que siempre fueron amables y sin preguntar si ya habías comido ellos simplemente te servían la cena. No cualquier cena, eran cenas repletas. Hallacas (Estábamos en temporada decembrina) garbanzos, cerdo y ensaladas con un buen jugo.

Lo divertido de salir ahí era que los recorridos nunca eran cercanos, solían ser aproximadamente de 1hr o varios minutos en un camión de hierro a la intemperie tipo safari por toda la carretera de montaña con una vista full de estrellas y la brisa revoloteandome el cabello, otras noches más congeladas y oscuras con el roció.

También viajamos de día, desde muy temprano. Esta vez fue al paramo los Uvitos según Abigail…aún no lo sé. JAJA.. Siempre inventaba. Este recorrido si fue por muchas horas, y en mi perspectiva lo que por un momento me parecía alto, al rato ya no era y así íbamos superando alturas. Llegamos y disfrute el lugar, la estadía, la atención, la brisa, el regalo de las flores y la siembra, una vez más con el pico bolívar de fondo y un paisaje total para recargarme de fotos por el momento.

20141231_111921.jpgAunque disfrutaba el encanto de las montañas en su totalidad las noches para mí no eran tan fáciles. El frio del páramo me castigaba y luego mi piel y mi resistencia se fueron desmejorando. Mi rostro ya no estaba igual y estaba quemada por el frío y las alturas. Fueron noches de intensos debates entre mis pulmones y la respiración.

Mi pecho cosquilleaba tras cada tosida que daba, estas eran imparables cada noche, y cada noche se incrementaban más, me afectaba el humo de la leña, la alergia que siempre padecí y el no estar acostumbrada a este tipo de clima me cortaba la respiración muchas de esas noches que no pude dormir.

El 31 de diciembre de ese año que despedíamos en Mérida lo pasamos con una familia diferente y luego de las 12:00am medio aventurados en la máquina decidimos ir montaña más abajo a un sector conocido como La Playa, era una redoma algo pequeña con tan solo una pizzería (cerrada), un abasto-licorería, algunos carros y personas reunidas compartiendo el año nuevo..

Yo al principio no estaba de acuerdo de esta decisión por los problemas mecánicos de los carros, pero en vista de mi compañero y el otro nos fuimos.

Esa noche fue la única noche/mañana que pude dormir, bebí MICHE ANDINO ¡A mi salud y a la del 2015! ¡Que carajos!  Disfrute y bien mareada regresé. Así fue como al fin pude dormir.

Pero ya el día 2 volvía mi pesadilla, no había Miche andino ni antialérgicos que tomar, yo estaba desesperada y entre otras diferencias por mi estado decidí que lo mejor era que yo me fuera y así fue.

Aunque un poco reprochada por la forma en que me iba de ese lugar tan lindo donde me habían recibido, mi decisión y un pasaje inmediato del terminal de Mérida a Caracas ya estaban en puesta. Dramáticamente fue mi partida. Una parte de mi quería pero otra reconocía que no era la forma.

Durante la bajada alta de la montaña antes de llegar a Jaji  me apretaba los dientes para no llorar por más de los sentimientos encontrados que ya traía, pero Paola acabo con eso cuando al llegar a la Plaza de Jaji aviso que esperáramos que me tenía un detalle ¡Dios santo! Como no voy a regresar a Mérida, esta gente se hacía sentir. La abuela también me había obsequiado una tazita trenzada por ella misma en las que recogía mora todos los días a las 5:00am.

Mi promesa fue regresar a Mérida, cuando al llegar a la ciudad me despedía triste pero conforme con vista al Pico Bolívar nevado y con una nube que se mantuvo siempre ahí. Quién sabe cuándo, pero tenía que hacerlo.

Mérida fue el factor que después de conocerla despertara el deseo de recorrer más montañas…

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Y así  después de 1año un día decidí subir el Ávila que con su vegetación subparamo y sus vistas se me hacia lo más parecido en volver a estar enamorada… Pero esta vez de algo más grande y distinto…

Las Montañas.

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P.D. Galipán con su Picacho es mi lugar favorito en todo el Ávila lo más cercano que tengo en mi ciudad y en donde el recuerdo me entumece.

Aquí empezó todo ‘’Mi amor por las montañas’’

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Respondiendo al Blog de Lápiz Nómada. ¿A QUÉ LE TIENES MIEDO?

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Mmm no creo que tenga miedo ahorita.. He experimentado últimamente vivencias que me han impulsado a hacer cosas y viajar un poco más vadeando algunos límites que a decir verdad, ahora considero que siempre han sido mentales; todos los tenemos, solo que no nos damos cuenta. Me interesa la cultura, el diseño,  la buena comida y la conexión con la naturaleza. Solo llevo 25 giros al sol.

¿Proyección futurista?

Viajar..siempre me ha gustado, siempre lo tuve en lista de deseos solo que ahora LO QUIERO MAS!  Y me permito este espacio para contar sobre ello.


Fotografía: Álvaro Méndez.

Paréntesis. Una parábola Judía.

“Dice una parábola judía que un día la mentira y la verdad se encontraron.
La mentira dijo a la verdad:
– Buenos días, doña verdad.
Y la verdad fue a comprobar si realmente era un buen día. Miró hacia arriba, no vio nubes de lluvia, varios pájaros cantaban y viendo que realmente era un buen día, respondió a la mentira:
– Buenos días, doña mentira.
– hace mucho calor hoy, dijo la mentira.
Y la verdad viendo que la mentira decía la verdad, se relajó.
La mentira entonces invitó a la verdad a bañarse en el río. Se quitó la ropa, saltó al agua y dijo:
– venga doña verdad, el agua está deliciosa.
Y una vez que la verdad sin dudar de la mentira se quitó la ropa y se cayó, la mentira salió del agua y se vistió con la ropa de la verdad y a su vez la verdad se negó a vestirse con la ropa de la mentira y por no tener que avergonzarse, salió desnuda caminando por la calle.

Y a los ojos de otras personas era más fácil aceptar la mentira vestida de verdad, que la verdad desnuda y cruda.»

 

Yapascua sweet.

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Una ruta ni tan bien planeada pero de lo mejor resultada. Así se nos dio el playaso de fin de semana que nos regalamos hacia los lados de Patanemo, costas de Puerto Cabello, Estado Carabobo.

Me esperaba Marc’ Marco Antonio Trigo (mi mochi pana de algunas rutas) en la estación Plaza Venezuela de mi acelerada ciudad Caracas, para salir desde el terminal de la Bandera ese 9 de Diciembre por la mañana.

Día 1. Una vez reunidos en el terminal ahí conozco a los que conformarían mi ruta, Jesús Corrales con su novia Oriana, Danielita Parraga, Djanira, Carlos Acevedo y Anak.. Al rato se nos unió Tutty y por allá en Puerto Cabello ya se nos adelantaba Jusmayra y compañía…

De una en el autobús rumbo a Valencia conversaba con Marc, echábamos broma con Tutty, mientras también a veces solo disfrutaba simplemente de ver la ruta desde la ventana.

Llegando al terminal de Puerto Cabello encontramos un bus con salida directa hacia la Bahia de Patanemo, a lo mochilero nos montamos y parados tuvimos que viajar, no sabíamos cuando volveríamos a ver uno así y era directo hasta la bahía como bien dije.

De entrada a la playa y recordando que no pudimos hacer las compras completas para la parrilla  asada que habíamos previsto, voltee hacia los lados y vi una parrillera o trozo de parrillera abandonado en el piso y bromee diciéndoles que la tomaran, ya que Pancho (el que colocaría la parrillera) no venía jajajaja! (risas) ¡Vaya menú incompleto! y así fue que Tutty consintió la idea de tomarla y se la trajo con nosotros. Locura 1. Mis ideas + las acciones de Tutty = Ya teníamos parrillera para cocinar.

De estación frente a la bahía  en uno de los restaurantes playeros nos dimos banquete con unas croquetas de pescado, tostón, ensalada y hasta agua de coco ¡Todo un lujo mochilero! Este solo era para compartir y recuperar la energía que necesitaríamos para comenzar el trekking que nos llevaría entre dos montañas a la ensenada de Yapascua. Ahí mismo llegó Jusmayra con  Ma. Fernanda, Milanyela, Carlos el Guaro y su novia Sorimar; ya estábamos listos para darle pie directo a la Yapascua Sweet y disfrutar de la ruta.

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Me acelere en el trekking, pues llevaba un excelente ritmo, no podía abandonar, y para mi era importante aprovecharlo quería llegar temprano a esa ensenada y conocerla con suficiente luz, tomaba el riesgo de estar perdida ja,ja.. Pues por un rato atravesé varios senderos similares uno tras otros que parecían nunca acabar hasta que  alcance a Marco y llegue de día ‘DE DIAA’  6:00pm. Quería ver que se traía esa playa a plena luz. Ya que al día siguiente temprano regresaríamos.

Ya cayendo la noche nos dispusimos Jusmayra y yo a ayudar a los chicos a preparar una hoguera para cocinar lo que traíamos a la semiparrillera o leña, entonces entre varios palos, troncos, tronquitos y ramitas que habíamos reunido… después de tanto rato de intentar encenderla ¡Se prendió!.

Con la luz natural de la fogata fue suficiente para alumbrar nuestro campamento, mientras nos fuimos a disfrutar del mar que nos regalaba una noche de estrellas con bioluminiscencia activada en el agua. Conversamos mucho, jodimos, nos tomamos fotos y nos concebimos en armonía.

La hora del tigre (hambre) nos llegó y cocinamos entre todos, hubo la mini parrilla de pollo, carne, un arroz con pollo que surgió por ahí, plátano a la leña, sancocho de papas aliñadas a lo Jusmayra Style y un excelente batido de Nestee de mango ¿Necesitábamos más? Sí, creo! Que siguiéramos conversando y riéndonos tan panas como veníamos siendo, para que luego de cenar Tutty nos entretuviera con sus dinámicas de grupos donde por suerte dijeron por ahí que esta vez no terminamos desnudos. ¡Si! Tutty hace que la gente haga cosas Jajajajaja (Risas).

Al rato, un poco más de madrugada me relaje por casi 1hr acostada entre el mar y la arena simplemente mirando el firmamento full llenitito de estrellas ¡Algo me decían ellas! Todavía no sé qué.

Amanecer 10 de Dic. 2do día en Yapascua. Nos disponemos a recibirlo desde muy temprano, digamos que ahora descubrí y me rodeo con personas un poco ‘naturales’ que nos volvemos más sublimes ante las bondades que la naturaleza nos regala apreciando estos momentos mágicos y simples, como esperar saludar al sol en una playa como Yapascua. Así de sencillito. Algunos salieron a fotografiar otros a hacer yoga y meditar, yo desde mi camp poseída por la somnolencia que me había dejado la noche anterior me levante muy tranquila y relajada esperando el espectáculo que se avistaba tras las montañas del Parque Nacional San Esteban, era el amanecer en su excelso llegar.

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Fue un amanecer bonito acompañado de la tranquilidad que ya se sentía en toda la ensenada, así llegaba el momento de cruzar hacia el islote de piedras que había hacia el frente y explorar un poco más de la playa, tomarnos fotos y conocer. Compartí un momento con Danielita tomándonos fotos y fotos como 2 niñitas, una mejor que la otra y así andábamos emocionadas; luego ya con los demás Marc me insistió que hiciera Snorke y aunque no me animaba tanto a hacerlo al principio luego lo disfruté muchísimo y me causo lindura ver a los pececitos y la vida de corales que aún se conserva en Yapascua.  Agradecimientos Marccc.

De retorno nos volvía a atacar el tigre, pero del hambre, era hora de sacar esas caletas de las mochilas. Un atún por allá, una harina pan por acá, algunos panes, salsas cortesías de Jusmayra nuevamente ¡Que estaban deliciosas! Y a desayunar –ñumi, ñumi- directo para irnos, cosa para la cual yo me aceleraba en arreglar mi mochilita, recoger todo y partir a tiempo pues debía reponerme para el lunes temprano y como siempre mi retorno a la ciudad dormitorio y de contadas oportunidades con el transporte público.

Lista con mochila en hombro prácticamente fui la primera de alguna forma en hacer que todos se activaran a recoger. La playa estaba muy sola, muy tranquila y fresca como para quedarse toda la tarde y hasta un dihita más, pero nada, el deber llamaba y yo me reprochaba por dentro las ganas de quedarme. Al cabo de 1hora y 15 minutos ya estaba más allá de la Bahía, había atravesado esas 2 montañas como un rayo en 50 minutos, habiéndome echado un baño de agua dulce en un pozo, parte del río de Patanemo que está a la salida de la ruta entre aquellas mismas 2 montañas y así haber continuado. Por su parte el grupo de Jesús y su novia insistían en quedarse un rato más ja,ja.. Nada, yo no podía.

Ellos estaban felices y con tiempo de hacer paradas en cada punto lindo y práctico que les ofrecía la ruta de retorno entre las montañas con salidas hacia la playa, mientras yo me apuraba.

Eran aproximadamente las 2:00pm y nos encontrábamos aún en la bahía yo + preocupada. Decidimos andar vía adelante hacia la salida del pueblo, juntos y en fila mochilera por toda la carretera, excelente momento.

Hasta que llegamos a la parada del pueblo, una parada sin buses, sin mucha gente y con la licorería cerrada, ¡Vaya! No es que haya querido tomarme algo, pero esto era producto de la ley seca, ya que ese día a parte de ser domingo se celebraban elecciones en Venezuela, lo que significaba que las opciones para salir de ahí hasta Puerto Cabello estaban súper recortadas notablemente y sin piedad de alguna cola mochilera >.< y al cabo de unos 25/30 minutos de esperar…

¡Surgio!

Una cola mochilera apareció, al cambio de la duda que demostró el chofer en aguantarse y mediar internamente si se llevaba a esos mochileros, Tutty y yo nos aprovechamos y le echamos una lloradita.

Tutty lo malandreaba recuerdo, jajajaja. Yo, trataba de ser tierna… Y luego dijo .

-¡LA COOOLAAA! Ehhh…! Y nos montamos.

Así listos bordeando toda la carretera montañosa en el camión que nos llevaba dejábamos atrás el mar de Puerto Cabello, la Bahía y su lago. Una foto con la GoPro de Carlos El Guaro y ‘click’ momento feliz.

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Seguida la aventura de llegar a Caracas, esta colota nos ahorró un viaje hasta el terminal de Puerto y algunos Bs. en efectivo ‘cabe destacar’. Al llegar no había autobús para Caracas, solo para Maracay, lo tomamos y decidimos que de llegada allá se haría el transbordo de tomar otro bus hacia la ciudad, llegando a Marco se le asomaba la brillante idea de hacer parada e irnos a Choroní jajajaja. Si no fuese tenido que trabajar el Lunes me fuese idooo… 

Sin mucho chance para comernos algo, pues como siempre explico, el transporte y mi retorno es un tema bastante limitado entre su abanico de opciones y tenía que tomar la decisión siempre rápido saliendo hacia Caracas. Ya de parada en Maracay la 2da opción estaba dada pero esta vez más limitada en puestos para los que teníamos que llegar a tiempo por lo que solo viajamos en ese bus Djanira, Tutty, Marco y yo entre los puestos que quedaban. Ahí nos separamos del grupo y tocó despedirnos.

7:00pm Caracas, mejor imposible. Corriendo literalmente por la estación La Bandera hasta la de Parque Miranda con Marc que me acompaño llegue a mi parada, Uff! Había carro y con suerte llegue a mi ciudad dormitorio teniendo esta vez un Sweetie pero Dreams en mi cama.

Yapascua tiene su particularidad.

Aunque no me robo el sueño, cosa que todavía no encuentro en alguna playa de tan hermosas y conocidas en mi país. Si es muy linda y 100% recomendada solo que esta particularidad radica en que debes hacer trekking para alcanzarla, trekking es recorrer dos de sus montañas de aproximadamente 600 mts de altura cada una ¡Nada para el que tenga un entrenamiento previo por el Ávila o ganas de conocerla!.

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Así la alcanzas y disfrutas de una playa prácticamente virgen y solitaria por la razón de que Inparques prohibió hace bastante tiempo ya su acceso a lancheros y turistas emergentes, tratando de cuidar su ecosistema y conservarla entre uno de los manglares y refugios de arrecifes de corales del país, siendo un vivero natural de reproducción de diversas especies marinas, entre ellas crustáceos y moluscos.

Ojo: esta playa si señores, está prácticamente prohibida solo que somos un tanto aventureros y corremos nuestro propio riesgo de visitarla sin permiso y con solo unos botellones de agua natural, nuestras mochilas y carpas.

Recomendaciones:

  • Personalmente: No pernotar más de 2 noches.
  • No irrumpir en el ecosistema de los corales y demás especies. Seamos prudentes.
  • Retiraaaaaaaar su basura.
  • Apagar bien las fogatas.

Plus:

  • Tiene bioluminiscencia en las noches donde no hay luna. Microrganismos del mar que al mínimo impacto con otro cuerpo o entre ellos producen el efecto de luz dentro del agua.
  • Nunca esta honda, puedes cruzar de un extremo al otro sin pensar en morir ahogado.
  • Hay reptiles. Yo no tuve la suerte de ver uno, será para la próxima.

¡Ah! y si vas solo la primera vez.. La próxima debes ir con un culish.

P.D. Jusmayra.

De pana, es románticona y se presta para escaparse ;).

¡Suerte en Yapascua!

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A un paso del Naiguatá. Mi primer ascenso.

Mi primer ascenso al Naiguatá comenzó sin saber que »Al fin» sería el día en que subiría el tan anhelado de mi parte Pico Naiguatá, el más alto de nuestra cordillera de la costa con 2.765 msnm, ya que había realizado varias rutas en mí Ávila y nada que daba con la oportunidad de ir a el. (Ya que este amerita un trekking con pernota y debe ser algo planificado).

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Así sin saberlo a las 9:00 pm del día anterior de mi ascenso vi los DM (Mensajes Directos de Instagram) de mi amigo Ricardo, uno de esos amigos que el cordón umbilical del Roraima te deja. Que nos fuéramos, pues ya todo por su parte estaba arreglado. Yo para entonces no tenía ni media taza de cereal para el trekking, siempre soy de las que me gusta ir bien provisionada en cuanto a comida, Ric por otro lado insistiá que saliéramos que él ya tenía la comida lista además de la carpa que por caridad había estado esperando de una amiga de el unos días antes ‘por si se daba la ruta’ y no teníamos.

Pues nada, no me pude zafar de la insistencia del caballitos de a 1.000 x hora. en irnos y desde que supe que iría ya tenía abierta la puerta a ese esperado día camino al Pico Naiguatá.

Día 1. 17/11/2017: Me apuro en salir por la mañana con mis pocas provisiones que había reunido en casa y el plan de comprar inmediatamente al llegar a Caracas. Así comenzaba a ser un día radiante y curioso para mi, lleno de expectativas pues al fin una ruta nueva después de tanto tiempo, y la bienaventurada entrada a la Julia que me parecía ya conocerla de antes, al menos esa sensación mantuve mucho más allá del Puesto de Guarda Parques (P.G.P.)

Ya dándole nivel arriba tratando de llevar el ritmo de Ricardo y mi energía a 5% en una altura aproximada del 8% de todo lo que nos faltaba hasta el Pico seguí y seguí, Ric en algunos tramos me esperaba, de resto avanzaba ¡Y hasta con mi aguaaa!. Aguardamos un rato en el mirador y el tan pana compartió unos cereales de chocolate conmigo, insistiendo que le diera más rápido, que arriba si llegaba y me apuraba al ritmo de él me daría un premio <el oro de las montañas 😉> jajaja… después explicó cuál es el oro de las montañas. »¿Creía él que yo era una perrita o una vaina así?» definitivamente!

Pues bien, así en varios tramos me achante y decidí aguantarme para darle sola, el camino de la Julia hacia el Naiguatá siempre sería en dirección recta no había sendero confuso… Yo traía un gran cansancio de la semana de trabajo y algunos trasnochos.

Llegada a 2 Banderas. ¡Oh, rayos! La popular y más mencionada ruta de »2 Banderas» que tanto me decían era de horror por el sol y la poca flora que ahí se asoma. Yo ni lo note, andaba de un tranquila mirando a mis espaldas la ciudad de Caracas y a mi izquierda la Piedra del Indio jajajajaja.. La cual tomaba como referencia a cuan 50% del Pico o la Fila Maestra ya estaría ¡Qué consuelo!.

La sed y las necesidades fisiológicas no tardaron en aparecer a lo cual me rendí y decidí hacer mi primera parada. Oigo voces, me recojo rápidamente mi pantaletica ja,ja,ja, se me cae la mochila por un barranco, sigo oyendo voces, rescato mi mochila sin caerme, ¡Muero de sed! Ricardo y yo ya no éramos los únicos en la ruta, ni los chicos que habíamos conocido en el P.G.P. (Puesto de Guarda Parques) los cuales no tomarían esta misma ruta, si no la 77 una opción más distanciada para llegar pero más boscosa. Se acercan las voces eran 2 señores de avanzada pero no tanta edad ¡Guaaaooo, guaaaooo!,  ¡Vahia, vahia! -Pienso yo- Mírame estos purés con sus playeras de 45K y yo aquí dando pena agotada, este par eran pareja y se veía que se querían mucho, uno apoyaba al otro y así. No tardé en hacerme la lupita y pedirles agua, el Sr. me dijo que no >.< tenía el termo muy guardado en la mochila, ellos también iban jadeando. Yo, bueh.. todavía no encontraba la fuerza para arrancar o la quinta pata del gato para salir de ahí ¡Que pereza U.U!.

Más voces cerca, tras de ellos un hombre, joven mucho mas joven me saluda.

-¡Hola linda!, ¡hola bonita!- o algo así por el estilo…

Yo en pensamientos: <<¿Whats?>>

Él: -¿No te acuerdas de mi?

Yo: -Ehmmm… nop.

-Nos conocimos en el Roraima..

Yo: -¿En Roraima?

-Siii, estuvimos conversando un rato, en la pared.

-¿En la pared?. -Mmmm… A ver ¿Con quién iba yo?. -¿Como me llamo?

Él: -Ehhh… Genesis!

<<Rayos, este tipo si me conocía, con cuantas personas interactúe yo en el Roraima ¡ni idea ya!>>

-Ehh y fuiste con Carlitos Mata, no fue?-  Preguntó en su acento Maturinense je,je,je.

-Ahh.  -Si estaba asenté-.

Era Edgar, nos presentamos e hicimos amigos de nuevo : D

Y en eso un -¡Muévela que vas lenta!-  desde las curvas de la montaña me gritó y se asomó Carlos.

-¡Ahhh con razón!.- Exclamé yo. -¿Son primos?

-No.

(Sacaba mis conjeturas porque Carlitos nació en Maturín y venían juntos).

Él por su parte que tan drástico y especial me prestaría su sleeping para no pasar frío en la noche..

-¡Aguantate, para que lleves tu sleeping!…Toma.

Me dio de beber agua y ahí medio me anime a avanzar. En el camino y cada uno con sus ritmos hicimos descanso en el Topo Goering. Seguí y seguí hasta ir llegando a las lindas piedras y vegetación subpáramo de mi Ávila donde ya no me guiaba un sendero fijo, seria mas fácil perderme, a lo lejos los 2 graciosos (Carlos y Ricardo) nuevamente me gritaban:

-¡Muevela Guatireee!, -¡Guatire Muevelaaaa! (Así me apoda mi amigo Ricardo por mi ciudad de residencia desde el día que me conoció.)

Y a mi paso me encontré al Gran You o Jou del Naiguatá que me saludo,

-¡Epa Youuu! (él a mi) y otra vez,

-Epa niña te dejaron solitaaa..

ja,ja,ja,a.. <<Conociendo al Jou>> él me acompañó hasta  los Platos del Diablo, la gran Arepa y Fila Maestra, en ese tramo también un poco extraviado conozco a Jesús (de Maturín también).

Así señores ya casi hacia cumbre, por ahora hasta el Anfiteatro, gracias al Jou y a Jesús que me aconsejo colocará un swetter, pues yo ni frío sentía, ahí disfrute mi atardecer exhausta viendo las luces de Caracas encenderse desde unos 2.000mts. ¡RARWRRR! Lo logre. Ya había llegado al Naiguatá, dueña de mi propio logro.

Y sin más, una vez adentrada en la comunidad camping saludo a un conocido pana de antigua ruta, algunas conversas y buenos consejos Marco Antonio, alias para mi: Maaarrrcc. Saludos, besitos y medio abrazos porque iba con las manos todas encharcadas de pantano por apoyarme en algún lugar, de ahí me fui a ver en que ayudaba a Ricardo que se lo comía la carpa mientras la armaba.

Bien acomodados en nuestra casa fucksia (la carpa) nos dispusimos a cenar la rica Pasta Tomato que había preparado Ric, entró y nos acompañó Carlitos y platicamos un rato.

Luego de cenar a mí me quedaba un poco de energía para salir a la montaña, caminar un poco, ver las estrellas y porque no, conocer un poco de gente si había afuera. Me dispuse a hacerlo sola, pues Ricardo prefería quedarse en la carpa durmiendo; yo luego de acomodarme a una piedra observando el fabulosos cielo estrellado  y alumbrando con mi linterna hacia los matorrales  interrumpí las necesidades fisiologicas de una chica jajajajaja <sin intenciones>, era Yerardine, así nos tocó conocernos. Pana, no dudo en acercarse un rato y presentarse llamando a sus demás amigas que aguardaban en una carpa, Josdamy y Helen ¡Que niñas tan lindas y agradables! =) Conversamos un rato, nos reímos y hasta dos estrellas fugaces compartimos la cual nos asustó a decir verdad, nos pasó tan bajo y tan cerca que deslumbró y brincamos.

Al rato impresionado salió de la carpa Ricardo. Se había dado cuenta que yo había encontrado vida inteligente en el camp, que no estábamos solos en una noche en la que parecía que todos preferían dormir.

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DÍA 2. 18/11/2017: La verdadera cumbre a la cruz de hierro, la indecisión, los panas de Maturín, la comelona y la gran rumba nocturna del Naiguatá.

Se suponía que sería el día en que subiría a la cruz, veríamos el amanecer y todo lo bueno que debía aprovechar antes de irme, pues Ricardo me había sacudido con la sorpresa de que al menos -él- ese día sábado bajaría; yo, me quede ¿WTF?.. No quería, no podiaaa!! Era mucho esfuerzo para mucho lugar y poco tiempo ¿Cómo podía ser posible? A lo que él muy cómodamente respondió que me quedara con Carlos, yo + wtf. Esa mañana salimos tarde, bueno ni tan tarde pero si menos de lo temprano que debíamos levantar para ver el espectáculo que desde la cruz de hierro la sultana de Caracas y La Guaira nos ofrecía; igual disfrutamos de esa mañana sencilla, compartimos mucho con los panas de Maturin y Jairim, excelente pana, medio frita, medio nada más ;D. Ya había hecho mi cumbre estaba contenta y digamos algo satisfecha, después de haber compartido el momento especial, algunas que otras pláticas y buenos ratos entre otras rocas  llegaba el momento de decidir si me iba o no.

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Ricardo bajaria y yo no sabía qué hacer, lo medite y decidí largarme, que carajos ya había subido con él y debía acompañarlo, ya había disfrutado mi cumbre…

Arreglaba mi mochila y Carlucho me empezó a insistir que me quedara ¡Que era una chimba! ja, ja.. Yo no, me voy! y así ya estaba por arreglarme y salir a lo que fui y me asomé a la cocina del campamento a despedirme y entre todos una vez más me insistieron que me quedara, no me aguante cuando a mi mano me entregaron una arepa y me dijeron ¡Toma, quédate! Hay comida. Y me quede. 😀 jajajajaja!

Fue la mejor decisión, compartí un gran momento con personas agradables que se portaron super bien conmigo y me dieron mucha comida ¡Comida! 😀 había mucha comida en el Naiguata ese día, basta con decir que comimos hasta arroz con leche y Marquesa.

Conociendo a Leoperfor. Leonardo Pereira. Vaya mirada! sin nada personal, son ese tipo de panas que identificas con el mismo toque mágico y de locura. Este pana venía descalzo de conectarse y transportarse con una flauta que cargaba a medio toques por toda la montaña. A él también fue genial conocerlo, hicimos clic rápido y compartimos algunas granolas con chocolates súper khaletas (que sígnica escondid@s) como el nombre su marca que me comentó ¡Ah! y el atardecer juntos con Carlos Molina alias ‘Capri’.. hacia los lados noroeste del Anfiteatro.

Estaría de más decir que la estadía en el campamento fue genial, considerando momentos vitales como la cocina, ¡Ah! y algo de dicha por encontrarme a mis viejos panas de rutas Jusmayra y Álvaro que cayeron de sorpresa por allá. Si lo fuéramos planeado no fuera surgido.

Cayendo la noche la estadía en el Naigua’ continúo dándonos por point las piedras mirador hacia el lado norte con la despejada vista a la ciudad de la Guaira desde aquella altura, con un fondo musical rockero que alguien colocaba por ahí, mas panas y compartiendo algunos snacks.

A mi me pego el cansancio y algo de molestia en la espalda quería reposar ya, por ahí se asomaba el rumor de que más tarde se descorcharía ‘algo’ vamos a ver qué descorchan ¡Pero en sueños!

Me acosté a dormir, estaba muy cansada. Escuche los bochinches y la música de fondo a lo lejos.. me reía de sus locuras y de las ocurrentes entradas del Jou mientras conversaba con Marc ahí toda somnolienta en la carpa.

DÍA 3. 19/12/2017. Agradecida. Un -¡levántate Marco! desde muy temprano nos llamaba a ver el amanecer de las 5:00 am en adelante, esta vez más temprano para disfrutar del milagro natural que ocurre todos los días y nadie lo nota, al que titule bajo una auténtica fotografía de mi amigo Álvaro Méndez así: ‘Regálate amaneceres que valgan la pena despertar’ Pues si señores, valía la pena totalmente.. Ver vislumbrar a nuestra máxima estrella entre las líneas terminales de nuestro cielo y la tierra sobre aquellos 2.765 msnm ¡Que notazo! Rojizo y único.

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Buena vibra y algo full de personas, recuerdo que subí con la contagiosa energía de Tutty Frooty ‘Gabriela’ una nueva pana mas del grupo la conocí abajo y en 1seg. me hizo subir a buen ritmo trotandito.

Muchas fotos, muchos abrazos y hasta nos encueramos y quedamos en topless por un rato con el frio ja,ja,ja,ja..

Llegando la hora de bajar yo me preocupaba, mi ritmo subiendo no había sido el mejor y no quería ser la última en bajar ni llegar. No sabía con quién lo haría todos estaban tan naturales y frescos que yo ¡Bueh! desayune, platique con la mamá de Carlos ¡Ah, sí! Aquella pareja que subía a la altura de 2 Banderas eran los papás de Carlos :D, al rato Tutty me tejió una clineja en el cabello para descender más cómoda y ya lista visualice a mi equipo que serían las chicas Jos, Helen y Yerar, Carlucho con sus papás y más adelante entre Topo Goering y Explanada aproximadamente nos esperaban Leo y su primo Misael.

¿Bastará con describir el descenso? ¿O digo simplemente que llegamos a la ciudad y ya? No. Porque no fue un descenso simple ¡La tripeamos mucho, la mamá de Carlos ‘Ana’ se robó el show con sus ocurrencias, disfruto su descenso con todos y nuestros momentos de risas, luego todo el grupete cuando descendimos por la ruta 77 ya llegando nos dimos un baño en el chorreron del Mirador del Edén . Seguíamos siendo los mismos, Alvarucho, Car sus Pa’s, las chicas y yo hasta la Julia, luego huyendo de las guacharacas del P.G.P. para que no me quitaran las galletas que me comía ¡Tenía hambre valee!.

Con un cosquilleo recorriendome por todo el cuerpo por la emoción y vibra que me dejo la montaña lamento entrar en grado hot y reconocer que tenía ahora un orgasmo descendiendo dentro de mi.

Listos. Ya en la ciudad.

 

las personas con las que compartas siempre serán la gran magia del viaje.

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DÍA 1: Una salida bastante intermitente entre apurados arreglos de un viaje planeado a última hora y algunos altibajos de si saldríamos o no dado a los planes de mi amigo Álvaro, quien mejor tuvo la intención de hacernos pasarla bien.

De acuerdo con mi salida tan apurada de la oficina (un viernes) y en la lucha del transporte público que vivimos en Venezuela, más una mochila lista que me esperaba en casa hecha desde la noche anterior, salí bastante apurada encontrándome con pequeños percances de documentación personal que pude terminar de resolver al momento y llegar súper retardada a la espera del PEPE-JEPP en la estación de Gato Negro de mi ciudad Caracas, donde saldríamos directo Pa’ Urama.. Ahí me esperaban Álvaro y Leo On The Way, antiguos compañeros de rutas en la que compartimos una ‘non grata experience’ ¡pero bueh! adelante.

Así nos fuimos acoplando el equipo, hasta que llegó quien se convertiría en un nuevo amigo, Douglas 😀 <clic de inmediato> y su compañero Terry, unas chicas que tomaban la cola con nosotros hasta La Guaira e Ines.

La Guaira. Primera estación, recogemos a Jusmayra, otra pana a la que me tomé el atrevimiento de prestar mucha atención, una amiga más por su parte y (3) niñ@s, uno de ellos José Alejandro, el compañerito de Jusmayra, de apariencia tierna y a la vez muy modesta lográndonos cautivar a Leo a Douglas y a mí quienes le intentamos sacar un poco de conversación y no se nos hacía nad fácil  jajaja.. <risas>. Ruta estridente, algo acelerada pero en fin feliz de conocernos y llegar a disfrutar del muelle, Urama y sus atardeceres…

Caída la noche de entrada a la playa bordeando toda la carretera costera y en ascenso, disfrutaba de ver las estrellas desde la ventana del PEPE-JEPP (Ya llevaba puesto los audífonos de Doug!).

Al llegar fue sencillo conocer la casa y apartar con nuestros bolsos las que serían nuestras camas por (2) noches, salir a tener un poco de plática frente al mar bajo la luz de las estrellas y algunos bombillos ja,ja! Ahí se nos agregaban (2) compañeros más Carlos Wilthew alias Truflex y Karla GP.

DÍA 2: Me toca hacer el desayuno. Me levanto primero que todos gracias a la caritativa alma y resistencia de mi amigo Álvaro que también me acompaño a cocinar, sin antes personalmente salir a ver y suspirar el oleaje + el sonido del mar.

Así siguieron levantándose algunos y esperando la repartición de arepas que le preparábamos. Listos para irnos con la acelerada y emotiva propuesta de Leo, en ir a conocer las demás cercanas atracciones que teníamos alrededor de Urama, unos chorrerones bien bonitos y el saludable trekking que hicimos hasta Playa Paraíso donde nos perdimos cómicamente y dimos muchas vueltas para al final encontrarla sola para nosotros, yeahh.

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Bien disfrutada, una tarde entre sesiones fotograficas, saltos en pozos, trekkings entre los chorrerones, montañas y ríos cuesta arriba que nos motivamos a seguir Karla, Carlos, Alvaro, Terry, Doug y yo. Terminamos de pasar la tarde relajados en las gramas de Playa Paraíso.. todos con algo en común: rutas y amor por la naturaleza.

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De retorno a nuestra casa de estadía nos entusiasmamos ya con la marea alta y algo de adrenalina en los huesos en conocer la cueva.

Atravesando por unos minutos la orilla entre la playa y algunas contundentes rocas bien extremas que formaban una pared y nos harían llegar a la emocionante formación de montaña rocosa la cual contaba con la curiosa cueva ahí dentro.. Y a oscuras, entre sustos por el golpeteo de las olas que reventaban dentro me lance y sin más preámbulo ahí estaba yo bien emocionada entre el sonido fuerte del eco, los golpetazos y ahora de frente a  una roca dentro que debía escalar, bueno, subir sin resbalarme por el agua que chocaba y así poder llegar al otro lado del reto en compañía de los gritos de Álvaro:

-¡Estas cagadaaa, estas cagadaaa!  <risas> jajajajaja…

Al terminar de atravesar esa cueva una resplandeciente ensenada nos esperaba para nosotros solos y única.

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De ahí a que pasáramos un rato relax y lleno de dicha con solo ver el oleaje del mar y disfrutar, pero como somos muy inquietos al rato decidimos escalar aquella formación rocosa de la montaña que constitua la cueva y esperar un exclusivo atardecer a las alturas del mar. Algunas foticos y jodas entre panas. (Carlos se encargó de joderme un buen rato haciéndome creer que se resbalaba).

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DÍA 3: Es hora de irnos, pero no es exactamente la hora en la que todos se quieren retirar, para mí sí, el caso es distinto vivo a 3hrs y algo más de Urama y el estado Vargas (La Guaira), ellos a 1h con 30 minutos, las condiciones de transporte son distintas y un día DOMINGO MÁS, ya semanas antes me lleve mi susto de quedarme varada en la ciudad.

Pues bien, en medio del orden que le dábamos a la casa y el suculento almuerzo que nos preparó la cheff Jusmayra ¡Si, ella es cheff! jaja.. y sus asistentes Leo y Karlucha, nos dimos aseo para salir, ya éramos como una gran familia y todos en sincronía recogiamos y limpiábamos al despedirnos. Había terminado el viaje, pero para mí no, ahora era cuando comenzaba el viaje de adrenalina.

Despidiéndome de los paisajes y el atardecer que me regalaba la costa mi mente ya se precipitaba en el tiempo, en que debía llegar a mi estación con salida a Guatire antes de las 8:00pm, hora en la que ya no hay transporte, sin un Plan B y sin un móvil para contactar a alguno de mis amigos de Caracas con oportunidad a retornar y de pasar la noche allí.

La rapidez de mi amigo Carlos Wilthew en su camioneta  logró dejarme a las 7:00 en punto de la noche en la estación de Bellas Artes donde una nocturna y peligrosa Caracas nos recibía con unos cuantos citadinos más en apuros buscando escapar de la situación transporte que un domingo P.M. a cualquiera arropa. Ese tiempo fue justo para yo llegar luego de 20 minutos en el vagón a mi estación. Uffffs…. Ya me había asegurado de llegar a mi estación con destino a  mi ciudad satélite, ver el último carro disponible y abordarlo.

Entre otros peligros y la turbulenta parada que me esperaba en mi ciudad ¡Por lo mismo  P.M.! Puede llegar a casa. Recordando que ciertamente si, Urama había sido un éxito de viaje al menos.

Mañana ya era lunes y tenía que volver a la Oficueva.


Fotografías y agradecimientos a: 

Alvaro Mendez @alvaro.mendezccs & Douglas Rivera @absolutico.


Octubre de 2017.

Roraima 2017.

Viernes – 25 de Agosto. Guatire – Caracas – Estación Pérez Bonalde… -¡Hola Carlos, ya estoy aquí!- Una mirada indiferente, mucho peso en su espalda y un (gesto) <<C’mon! Vámonos de aquí>>>. Una larga cola, poca conversación y un bus con destino al terminal de Artigas que dio muchas vueltas por lugares no reconocidos para mis ojos; llegamos y ahí estábamos, él muy bien desplazado, yo buscando algo de comida y calmar alguna angustia de mi mamá vía telefónica.

(4 días antes, que fue lo que me tomo planificar este viaje, me quedé sin teléfono, por lo que me fui sin ningún tipo de tecnología móvil o señal que me comunicara con los míos, no más que con los que tomaría mi aventura).

3 Galletas Mordisquitos para compartir, algunos misceláneos y una chica encantadora que llegó para tomar el rumbo con nosotros destino a Puerto Ordaz. -¡Hola mucho gusto! -Denisse. Ya éramos el 1er equipo, ‘’Listos por aquí’’ (Un click y captura!).

(Enviábamos nuestra primera foto al grupito de WhatsApp).

Sábado – 26 de Agosto. Llegada a Puerto Ordaz un terminal vago, algo de calor y 2 de los nuevos chicos que nos acompañarían en este viaje, Michell y Saúl. El equipo crece y por mucho rato somos 5 los que esperamos por largas horas a nuestros demás compañeros mochileros en la feria del C.C. Orinoquia. Una pizza, largas pláticas, celulares con carga a distancia y un ¡Welcome nuevamente! ya antes de caer la tarde llegaron nuestros nuevos compañeros de mochilas, más fortificados por sus pesos que por sus aspectos, estos chicos si que venían cargados; muchos abrazos, saludos y confraternidad mochilera de inmediato.  Un poco de tiempo más y se terminaron de unir quienes a mi parecer serían la guinda o el toque de locura que le faltaría a este viaje, Marcos y Ricardo jajaja.. ¡Nunca olvidaré su llegada! épica y con mucho estilo propio, uno parecía un talismán del otro y aquel un caballito de cuidados a 1.000 por hora.

Enrumbemos viaje pues! Estábamos completos, éramos: Denisse, Michell, Saúl, Miguel Ángel, Zarahis, Verónica, Karla, este dúo de chicos Marcos y Ricardo, nuestro guía Carlos y yo. Rumbo a… San Francisco de Yuruani por la noche, noche que destronó con la compañía de un ‘’Somalí’’ e hizo romper el hielo entre todos los que viajabamos en ese tren del tiempo que nos conectaba en 1 solo, directo hacia los Tepuyes de la Gran Sabana.

(Mentira, no era un Somalí pero nosotros lo quisimos apodar así porque íbamos muy sorprendidos y haciendo risas de la compañía, la cual era un tanto extraña por su aspecto y vestimenta de estilo aborigen y tez muy oscura en el centro de todos nuestros puestos ¡ahí comenzaba la aventura!).

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Domingo – 27 de Agosto. Seamos todos bienvenidos a San Francisco de Yuruani. ¡Oh, tierra nueva! Seca, plana, sola y amarilla… Bajamos a buscar desayuno, lavarnos los dientes y enmarcar la siguiente parada, comenzábamos a hacernos amigos.

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Posada Kumarakapay, conozco 2 chicos guay de la zona que me cayeron de encanto con la dicha que me brindaron 1 Chupi (helado granizado) y algunas cómicas conversaciones, comenzaba a sentirme genial, ellos nos llevarían en una Guagua Ford Rústica exclusiva para nuestra aventura y de bajada ya en Paraitepuy comenzábamos a prepararnos, enmochilearnos y ponernos duros para nuestro 1er exigente TREEK! (Trekking).

Quizás ya más cerca de la distancia más larga o no pero ahí conocemos a nuestros próximos compañeros de camping ‘’Santa Elena’’ o ‘’Moringas Team’’ así les llamamos. Eran: Luis, Fabián, Andrea y María, 4 geniales chicos que se nos agregaban a distancia modulada con un pemón (indigena) particular para ellos. Una presentación <<Video-Film>> nuestros registros en Inparques y arribemos mochilas, rumbo al campamento Rio Tekk.

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¡Oh, Oh, Ohhh…! una llegada genial, trekking exigente pero dominable, un buen y refrescante baño de río, una cena calientica hecha por pemones, un campamento armado, un circulo para compartir la mejor vista de estrellas que pude haber tenido hasta los momentos, unos perros comelones de carpa que nos sorprendieron la noche al destruir una antes de irnos a descansar y a la hora de dormir con un clima agradable y un caliente y tierno abrazo que me acompañó, cerraríamos la noche de nuestros 1er campamento Rio Tekk.

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Lunes – 28 de Agosto. Partimos rumbo a Campamento Base, el sendero más rudo y más largo. Un ambiente de buena energía, un amanecer impresionante y completo con la sencillez de abrir la carpa y ver al majestuoso y a la vez tan misterioso y lleno de respeto ‘’Tepuy Kukenan’’ ¡Dios! me enamoré.

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Entonces entre algunas pláticas, rápidas secciones de fotos y un suculento desayuno de pemones la avidez de Carlos no demoró para apurarnos, ponernos las pilas y hasta sacar mis cosas cómicamente de la carpa. Salimos mochila en hombro y de una vez atravesamos el Rio Tekk que tan amable y tolerante como un amigo de montaña no los permitió, una hora más adelante aproximadamente de trekking avanzado y con mucho sol nos tocó atravesar el furioso y más rápido Rio Kukenan, con un cambio de suelas ‘’Las Crocs’’ y la mala decisión de continuar el recorrido con ellas puestas le arrebate resistencia a mis pies y al cabo de 2 o 3 horas de camino estaba destruida, conté con la suerte de encontrar a Miguel Ángel en el camino, ya deshidratada, algo cansada y con muy poca resistencia; que me aconsejo que me volviera a colocar los zapatos de montaña, y así lo hice, ya casi no coordinaba y de verdad no tenía experiencia en esto. El sendero era largo y ahora era cuanto más faltaba.

A mis espaldas ya con algo de avanzada alcance y deje a Denisse, una gran chica! Quise darle aliento pero no podía más abandonarme a mí y de pronto comenzó a llover, una nube chimba y de cortas pero contundentes gotas dentro del trekking me caían, decidí acelerar el paso y recargarme de pilas a mí misma y llegar a ese Campamento Base.

Llegue!!. Sentí calma al ver a mis compañeros ya estacionados, exhaustos también del cansancio y esta vez más desaliñados.  Me toco bajar al Rio del tan rústico y agradable, pero más conectante y boscoso Campamento Base. Frio, muy frio pero refrescante baño en equipo (excepto Saúl que lo dejamos solo y no sabemos si en realidad se bañó jajajaja). Así cerramos la noche, con las más agradables pláticas compartidas y cafés en mano entre amigos que parecían »de toda la vida».

(De  este día olvide apuntar en mi manuscrito que también disfrutamos de un buen rato de sesiones fotográficas, jodas y esperas frente a la Ermita, Capilla que se encuentra a la derecha del sendero hacia nuestra Madre de todas las Aguas. Fue un gran momento!).

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Martes – 29 de Agosto. Partimos temprano por la misma dirección de aquel frio rio a la pared del Roraima, ¡Hagamos cumbre! Y se hizo.

Con buen ritmo y un recio pie que ya me había maltratado por aquella mala decisión, avance en posición adelantada de mis compañeros. Mucha fuerza, mucha energía, panas de camino, excelente química entre los senderistas y mi team de extensión ‘’Los Moringueros’’ jejeje.. Con los que hice una parada y me compartieron algunas semillas ¡Que buen viaje!.

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Cansancio, dudas y paradas entre momentos pero mucha buena energía, parada nuevamente en una peligrosa piedra mirador donde me tomé unas fotish fancys con mi amigo Saúl, una almorzada y sigamos… Paso de las lágrimas que me recibió sin tanto llanto, vaya conexión de inmediata con la pared del Roraima y una vibra especial, llanto y emoción a flor de piel el mejor momento vivido, único y solo mío, cumbre, ya sabía que estaba cerca o lo había alcanzado todo ¡Cumbre!. llegue al Roraima…

Durante el trekking en mi mente retumbaba la canción Roar de Katty Perry jajajaja.. ¡En serio!.

La entrada al Roraima con toda su vegetación exótica se me hacía de alguna forma lo más parecido a la selva. Una total y completa aventura. ‘’Exótica y Extrema’’ así la titule.

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Miércoles – 30 de Agosto. Bien animados y con solo haber bebido café, fuimos al Maverick el punto más alto del Roraima. Ayuna total, unidos y felices, de retorno a nuestro campamento tomamos un buen desayuno auspiciado por pemones, panas y muchas ganas. Se nos levantó el ánimo para seguir de rutas por el Monte Roraima .

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¿Qué me iba a imaginar yo que la hinchazón de mis pies se incrementaría? Por la ignorante elección de irme en Crocs nuevamente »para mi comodidad»; mi ‘’Gran Coach’’ Carlos Mata me insistió que regresaramos, y yo bien necia después de un corto pero preciso momento de pensarlo le insistí que no. Caí y me levante porque yo quería ir!!, era satisfacción personal para mí pisar el reconocido punto triple y fronterizo de mi país con otro y otra dependencia que a razón personal, lógica e intelectual considero tenemos en reclamación. Llegue, y entre agradables conversaciones y foticos la llegada sexy de un Pemón nos sorprendió con su atractivo cabello lacio color castaño, unos ojazos de color y un cuerpito un tanto atlético, todo resultado de su liga Pemón-Español, con él que pasamos un cómico rato, pues Ricardo fue el único valiente en asentar de primero y sin pena alguna sobre su encanto, haciéndonos reír a todos, el pemón por su parte nos recomendó algunas bondades comestibles de la flora en casos de supervivencia dentro del Roraima.

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Sin dejar de mencionar que llegue ahí gracias a Valentín, la tierna y necesaria compañía de uno de nuestros guias pemón, él me acompaño durante el trekking conversando y preguntándome ¿Por qué a nosotros nos gustaba tanto esto?

-¡Esto es mágico Valentín!- le contestaba con lágrimas en los ojos y súper conmovida!

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Retorno. La Fosa. Cuánto disfrute de verlos bañarse como niños a Car, Ricardo, Miguel Ángel y a la Doc (Michell) como toda un niño también se divirtió, yo desde arriba, feliz y adolorida de mi pie.

Regreso en equipo y al mismo ritmo, otra caída, nada lejos de lo normal con un golpe nuevamente en la cadera derecha. Llegada al Campamento Hotel Principal, abrazos, agradecimientos, cena y a dormir.

Fue un día retador para mí. El trekking al exigente punto triple fue de conexión directa con el monte, algunos cristales y mis pies. (Lo recorrí siempre descalza).

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Jueves – 31 de Agosto. El equipo y todos en general nos levantamos más relajados, el plan era seguir las rutas del Roraima hacia destinos como Los Jacuzzys, lugar que tenía muchas ganas de conocer, también la hermosa Ventana y El Abismo, ellos fueron, yo personalmente decidí quedarme, era lo mejor para mí en ese momento pues la lesión de mi pie me jugaba un mal rato y ya había abusado bastante el día anterior, quería reunir algo de condición para el día siguiente durante el descenso. Adelante se fueron los 11 titulares que siempre me acompañaron y más atrás, insistiéndome también esos lindos de Santa Elena, a los que igualmente decidí decirles que no. Era elemental para mí quedarme sola.

Introspección, descanso y un poco de paz interior con vista al Maverick y todo aquel paisajón que ya me gastaba me parecía brutal y suficiente. Así hice! Me asee, asee mis cosas y nuestro cómodo campamento.  Ellos por su parte retornaron felices y encantados, para mí eso también era satisfacción.

Viernes – 01 de Septiembre. Regresamos. Quizás el trekking más exigente de retorno para mí. Era una de las primeras en estar lista con equipamiento en mano, Carlos retirando el campamento… Yo, respirando profundo, pues sabía a lo que me enfrentaría y no quería pasar un mal rato ni hacérselo pasar a nadie. Esta mañana fue de bajada ruda, ardían mis pies y mis nervios también. Rocas y más rocas, corrientes de agua, bajadas empinadas que me estremecian, ardor en mis pies, toma de mano con la naturaleza, tenía que apoyarme con cada pisada pensada y Carlos detrás de mí con mucha paciencia o impaciencia y suspicacia, yo, jodiendosela.

Pues bien, llegando a la sabana me recibía otra caída fuerte en la misma cadera, la 5ta para ser exacta, mucho llanto, mucho dolor, susto, rabia y shock, Carlos no me ayudaba, al menos siempre estuvo ahí vigilando a veces cerca, a veces más lejos cuando no convenía y el Roraima nos mandaba una nube de agua.

Era la última del grupo, a mi delantero pasó iba Denisse que en un buen tramo alcanzamos y Carlucho siguió cerrando en compañía de las 2. Almorzamos, conversamos y continuamos. Denisse me paso y con suerte antes de caer la noche ya estábamos los 3 algo adelantados en el Rio Kukenan donde nos bañamos y seguimos. (Todo me dolía!!)

Llegamos a Rio Tekk ¡biennnnn!.

Cansada, hinchada y adolorida a una silla larga de madera me le repose por un rato y mostré el impresionante hematoma de mis 5 coñazos en la cadera derecha, con suerte Fabián de Santa Elena muy amable me regaló Calaminol o algo así súper hidratante ¡Que lindos eran todos en la Sabana! Menos Ricardo que tomo la crema y se asustó al vérmelo y dijo:

– Tómalo yo no te lo voy a echar. <Jajajajajaja el chalequeo fue laaaargo>.

– ¡Muchacho pendejo! Asente riendome.  <Yo misma me echaría mi vaina>.

Bien, con campamento armado y mucha hambre, comí y me sentía plena con un mejor clima. Me rendí en la carpa y pude descansar mejor. Aunque es un Camp hermoso con una vista de ensueño, créanme people, se sufre! Esto no es un tour para simples mortales.

Sábado – 02 de Septiembre. Maaaasss trekking, debemos regresar. Recogemos nuestro último campamento por este viaje y nos damos camino hacia Paraitepuy sin saber que en el camino que ya me empezaba a disfrutar sola encontré a una linda niña la cual se hizo mi amiguita de sendero, se llama Helen tenía 12 años e iba muy cansada. Platicamos mucho, de todo y de cosas banales de niñas en su momento. Paramos un corto rato en uno de los riachuelos, recargamos agua y ya la sentía como una hermanita menor que me cuidaba más bien ella a mí que yo jajaja.

No pudimos sacarnos fotos, mi cam en cuestiones de baterías ya se había agotado, mi amiguita por su parte al rato también se agotó y yo debí seguir.

En el punto más alto de la llamada prueba de Paraitepuy a Rio Tekk hice parada impresionada de lo que aún me faltaba… Y un flaco moreno bien parecido más allá me dio ánimos mientras esperaba algo ahí…

-¡Vamos flaca, no te falta nada!- Resultó ser el hermano de Helen.

Pues nada, Paraitepuy, la posada y mi casa en Guatire me esperaban, tenía que salir de esta si había sabido entrar y mi mente era más imparable que el cansancio extremo que ya traía.

De pronto me paso Ricardo, de pronto me paso Migue’ con excelente ritmo acumulado y de pronto me paso el Carlucho: -¡Vamos eres tú!

Yo: -Mata, esto es muy arrecho!.

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Pero si, llegue. Una vez en la estación Paraitepuy de tanto esperar nuestro rústico y viendo de lejos la impaciencia de nuestro guía, nosotros conversábamos felizmente, juntábamos la poca comida que nos quedaba y éramos como los hippies felices del 69 debatiéndonos en un juego sobre ‘’¿Qué habíamos aprendido de Roraima?’’ Donde en un solo momento mencione haber aprendido que,

‘’Solo la naturaleza le regala al alma lo que el hombre no puede comprar’’.

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Return-Return. Llego nuestra burra que nos llevaría al prodigioso campamento gente Kumarakapay, en la ruta me despedía agradecida y satisfecha con el corazón más que lleno de Roraima, de Kukenan, de Tramen y de Wadaka-piapó, lindo igual, es el más delgadito de los Tepuyes.

Como desesperados niños de ciudad llegamos a la no muy avanzada y aún conservadora comunidad Pemón de Kumarakapay, la toma de unas Zulias(birras) bien frías eran ley para Ricardo y para mí, al igual que lo más parecido a una hamburguesa Caraqueña y así hicimos.

Listos y en boga de tanto joder por la comunidad por tocar lo más parecido a un suelo fértil y citadino nos fuimos a la cena sorpresa que nos tenía Carlos preparada. Era él! ..Quedó excelente la decoración, el menú y la intención en la posada. A mí me regañaron los dientes, la lengua y todo aunque estaba divino no pude seguir comiendo. Así continuamos a nuestras cabañas para descansar  hasta el próximo día que debíamos regresar.

Domingo – 03 de Septiembre. Hacia un lindo día en Kumarakapay las aves que se posan por esta zona dan un toque hermoso a la paz que ya la comunidad caracteriza, algunos más enérgicos y preparados para salir a las Cortinas de Yuruani, otros más pegados a las sabanas, yo con mi aislante  decidí reposarme en la grama junto a una flor que había a la salida de mi habitación y ahí tomar algo de sol.

La tarde llego y junto con ella ellos, que ya habían disfrutado de su última aventura al visitar las Cortinas de Yuruani desde una peligrosa cola que tomaron sujetados de una gandola jajajaja…

La insistencia de Ricardo en que éramos los 11 titulares, que debíamos competir en un partido de fútbol contra el equipo de pemones Kumarakapay FC en la cancha que se encontraba cerca, era la 2da opción para terminar de pasar la tarde en Yuruani, pero claaaaaro juagar fut sobretodo en las condiciones físicas en que nos encontrábamos todos, bueno basta con decir que sí hicimos algo, vimos el juego, algunos de ellos se tornearon un partido corto con los niños pemones y otros nos relajamos un rato más viéndolos, caminando por los pasillos de las artesanías y suvenires mientras  esperábamos caer la noche para salir a la ciudad de Puerto Ordaz; yo sentía en el fondo de mi alma que no me quería ir, quería pasar más días ahí o deambular por el mundo, no había razón que obligará a mi retorno, excepto mis pies y su dolor. Ya estaba acondicionada mi piel al cambio de estación, una y otra, ahora encuentro la razón de que los viajes cambian y de que el que regresa a casa no será igual.

Cayó la noche y por horas el autobús no pasó. Por desconocimiento de Carlos a él mismo le abarcó una entendible preocupación, nosotros planteábamos solución o posibles soluciones para salir de la comunidad al día siguiente, pues para Kumarakapay tampoco se sabía nada sobre ese autobús que debió buscarnos entre las 7:00 y 9:00pm y desapareció en algún túnel fantasma de Santa Elena a Yuruani.

¿Qué hacemos?, ¿Dónde pasamos la noche?, ¿Montamos campamento? <<Surgían las preguntas>>. Se nos acercó y posó un zamuro cerca y tras él un relámpago que no tardó en mandar el chorreón de agua y un apagón de luz eléctrica en toda la comunidad.

Sin transporte, sin efectivo, sin más reservas alimenticias y sin donde pasar la noche ya, ¡Vaya experiencia mochilera! Esto sí es aprender a mochilear. Relajados aún en nuestro espíritu de aventureros nos dábamos a escampar en las mesas de un restaurante al aire libre viendo la lluvia caer y las ideas para salir de ahí o correr.

Héctor, de la posada Kumarakapay que nos había dado estadía la noche anterior, nos ofreció asilo esa noche por la contingencia dada, pues ahí descansamos y cerramos la noche con el plan de que Carlos partiría para Santa Elena de Uairen temprano para comprar los pasajes nuevamente y asegurar los puestos. Un poco tristes y sin muchos arreglos y menos luz nos fuimos a descansar, o esperar el amanecer. . .

Lunes – 04 de Septiembre. Sobreviviendo. ¡Sálvese quien pueda!, 6:00am, 1er Autobús para Santa Elena, Carlos y Ricardo parten, Karla entra en desespero debe regresar. Las responsabilidades de cada unos en Caracas se empiezan a manifestar dadas las contingencias, tampoco teníamos desayuno, ¿Quién sabe qué nos irá pasar? Me quedaba media hamburguesa que sería para el abordo en el bus de aquella noche, desayune. Los chicos negociaron con el capitán de la comunidad que al llegar a Caracas pagarian por transferencias unas varias empanadas de la señora que nunca sacaba más que una pequeña cantidad de empanadas ¡Dios! Yo queria mas….

80.000Bs fue la mejor oferta que pudo tomar Karla para Puerto Ordaz en un taxi y la tomo, a cambio Saúl y Denisse les toco más rudo el trasbordo por unos 25.000Bs en encava hasta San Félix, lo más cercano de Puerto Ordaz; ellos si no pudieron llegar a tiempo a la hora pautada del terminal para salir a Caracas. Yo permanecí con los chicos, luego más tarde debatiéndonos que iríamos a almorzar, mientras Carlos y Ricardo se debatían cómo conseguir y pagar los 6 puestos, de los que quedábamos en Yuruani más ellos 2, ya no éramos los 11 titulares.

Un café y polvo de Gatorade que llevaba Marcos ambos mezclados con agua, 1 ultima lata de garbanzos de la Doc (Michell) y mi fancy pasta de bolsa + 1 lata de atún y una salsa de tomate en bolsa también fueron el boom para salvar la tarde de estos 6 chicos que ya estarían próximos a convertirse en canibalitos del Roraima Return.

Agradecidos con la comunidad Pemón de Kumarakapay pues nos dejó cocinar en sus humildes cocinas y además nos mandó una sopita ¡Dios! Algo bueno hemos hecho y debemos seguir haciendo. Más tarde llegó el Señor Héctor quien nos invitó a su mesa a comer un suculento arroz con carne preparado por las manos de Erika la cocinera de la posada ¡Dios, que rico! Estábamos resueltos sin dejar de describir la agradable tarde que terminamos de pasar conversando con Elys Daniel el pana del Jepp TURISMO (Tours por la Gran Sabana).

Conversaciones con retribución cultural, conocimientos, vidas y experiencias, así nos caía la noche y nos despedíamos de San Francisco de Yuruani para ir a nuestra parada y esperar a nuestros chicos que nos resguardaban esos puestos.

8:20pm aproximadamente se asoma el Expreso Los Llanos, llegaron, eran ellos y se bajó Ricardo para recibirnos con abrazos, estábamos felices, juntos de nuevo y rumbo a la ciudad. Dentro Carlitos nos empezó a echar el cuento de supervivencia por el que ellos atravesaron y todo lo que les costó conseguir los pasajes y con suerte un almuerzo mochilero.

Martes – 05 de Septiembre. Llegamos a Puerto Ordaz por la mañana, cansados, vueltos trizas y hambrientos debatiéndonos ahora como salir de ahí, el siguiente paso era llegar a Caracas. No tardé en sentir la vibra distinta de ciudad ¡Que mal! Ya habíamos bajado a la realidad.

Mi plan dio tantos giros que no terminó siendo alguno de los que tenía para mi retorno, entonces decidí, una vez más me tocó tomar decisiones y esa fue regresarme con Carlos y parte del grupo que aún seguía quedando, los únicos que decidieron arriesgarse a esperar hasta la noche un expreso para Caracas y Denisse para Valencia; por su parte los otros prefirieron tomar trayectos más rápidos y seguros solo hasta Puerto la Cruz, nosotros por otro lado decidimos irnos por una Pizza al Orinokia de Puerto Ordaz y pasar el día.

Éramos una vez más el corto equipo como empezamos en Artigas Denisse, Carlos y yo.. Marcos por su parte contaba con la suerte de una amiga en Puerto Ordaz donde pudo comer y descansar un rato mientras esperaba la hora para salir en el expreso. Nosotros ahí… Medio platicamos y aconsejamos a unas próximas víctimas de Car para la ruta de Octubre jajajaja ¡mentira! Fuimos panas y ellos igual, estaban emocionados porque serían los próximos en conocer Roraima ❤ ‘’El mundo perdido’’ muahahaha.

Llego la hora y nosotros puestos en el terminal arribamos nuestros expresos en menos tiempo de lo que nos esperábamos. Carlucho con Denisse tomaría una cola hasta Caracas en el expreso de Valencia, Marcos y yo directo a Caracas con la casualidad de que nos encontraríamos nuevamente viajando a la par en la parada de las 4:00am en el Guapetón, Carlos se bajó, me sorprendió de espaldas y medio conversamos, compartió unas chupetas para mi y Marcos, volvimos a sus expresos, Denisse dormía en su puesto, no bajó, no no la volví a ver. Por segunda vez el último encuentro fue en el terminal de oriente de entrada a Caracas donde Carlitos se nos incorporó al bus graciosamente… Así ya era Miércoles – 06 de Septiembre. Bajamos juntos y sanos a Caracas, Marcos esperaría a su novia que lo pasaría buscando por el terminal, Car y yo tomamos el metro y adiós, ahí ya nos habíamos separado todos, al menos para mí ya terminaba la aventura…

¿Qué si hice cumbre?

-Claro!

Llegue a mi casa con el aspecto del chavo del 8 y me abrazo mi mamá

 -¡Mi niña!

 Aja… Uff. Si, ya había hecho cumbre…

 Ya estaba en casa.

(Sia - Never Give Up)

Momentos Favoritos

  •  La fosa. Carlos, Miguel y Ric gritando desde adentro como niños. Verlos disfrutar también fue genial conversando con mis otros chicos desde arriba.

  • Mi despertar frente al Kukenan. Sin duda, sin precio.

  • Mis actos de Marimar y risas con Michell en la carpa jajajaja.

  • Sin duda alguna uno de los momentos más brutales y favoritos fue aquella conversación entre amigos con café durante la noche en el Campamento Base, recuerdo a Ric al frente mío y parecer haber visto un amigo de toda la vida. Ahí ‘’donde inició la vida’’…En el Roraima.

  • Llegada a Kumarakapay. Cuando Ricardo y yo llegamos como locos buscando birras y hamburguesas, ese momento tenía su propio toque musical, brindamos con Karla, Denisse y Carlitos con una malta jejeje.

  • La tarde en Kumarakapay mientras terminábamos o creíamos terminar nuestra estadía en la Gran Sabana; yo, feliz escuchando música desde el iPod. Aves, campo de futbol, juegos, los chicos. La tarde simplemente.

 Aprendizajes:

Aún sigo aprendiendo de Roraima…

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