Viajar no es lo mismo que emigrar.

Vértigo. Vértigo estomacal, vértigo respiratorio; quedan solo 2 días, la maleta esta lista y además empaquetada con varias vueltas de papel autoadhesivo resumiendo toda mi vida en tan solo 23Kg, ya en mi habitación sola y sentada la veo, puedo sentir el vértigo venir muchiiiisimo mas fuerte que las veces en que hacia unos meses atrás practicaba deportes de aventuras en medio de la naturaleza y a grandes alturas que me exponía y nunca temblé de miedo, por el contrario eran una satisfacción total para mi, tampoco nunca había sentido que todo un resumen de TU VIDA, tu »AMA» vida, te puede pasar en marquesinas rápidas por la mente y llegar al punto de despedir todo eso llorando a gañotes silenciosos sola porque un paso cumbre comenzaba. Adiós Ávila, Adiós viejos y nuevos amigos, Adiós costumbres y un hasta pronto, Padres, Familiares y Sobrinos que con tanto amor los acompañe en estos cortos 26 años. (Abril del 2019).

A tan solo 2 días antes de mi vuelo tuve que ir al hospital y me diagnosticaron una hiperventilación pulmonar, vulgarmente digámosle »tos nerviosa» todos lo sabíamos, los nervios de la pre salida son reales, aunque yo me lo tomaba al natural y con calma la tos seca e inconsciente me delataba, ya hoy es solo un recuerdo de aquel puente y umbral que me tocaba cruzar.

Cinetismo de Cruz Diez. Aeropuerto Simón Bolívar-Venezuela.

Con una hora de abordo al vuelo de las 11:00am, debí salir de Guatire y de mi casita a las 5:00 de la mañana para estar las dignas 4hrs antes que corresponden al Aeropuerto Simón Bolívar. Caracas se vestía de nubes, el Ávila no me saludo, no lo pude ver al pasar por la autopista, obviamente dadas las condiciones climáticas tampoco se despidió, había un roció de lluvia y nunca vi las nubes despejar mi ciudad y mi montaña. Me despedí con mis padres y un gran amigo que nos aventó hasta el aeropuerto, Emmanuel Dasilva. Entre ratos en el cafetín, el check-in y el paseo de Cruz Diez se hizo la hora de pasar el umbral de salida, luego el escaneo de las maletas y en la fila frente a mi vi a ´´los aventureros´´ una gente feliz, los que me habían enseñado un mensaje de la vida, eran unos locos mochileros (extranjeros) que quizás tenían rato dando la vuelta por ahí por mi país y quien sabe a donde mas irían…

El punto es que después de pasar del escaneo personal y de las maletas y entrar a la FREEZONE, el DutyFree del aeropuerto, no hubo tantos miedos, no sentí tantos apegos, la sensación de tranquilidad por no saber que venía era como un estado de confort y propiedad que me invadía (sabia que después, mas adelante jaja, al llegar a este nuevo País debía pasar algunos filtros y pruebas de estadía) Pero cuando conoces el placer de estar lejos del área de confort y lo que conoces sabes que es totalmente placentero sentirte así, ¡Increíble! para quienes lo han experimentado, saben de que les hablo.

Las mejores y disfrutadas 9hrs de viaje. Durante el despegue una vez mas no pude ver al Ávila desde lo alto para despedirlo jajaja es que él y yo no nos hemos despedido realmente. Casi lloro, no, ya va, controla las emociones, me apoyo en los demás y volteo a conocer a mis compañeros de asientos, era un chico joven aprox. 32 años no recuerdo bien, y una guapa de Pto. Ordaz, 24 años me confirmó. Los amotine de conversaciones y preguntas para darles ánimos, ánimos y mas ánimos por sus confesiones al miedo que les causaba migrar, era normal sentir esto, pero a mi por el contrario se me activo la chispa aventurera mientras volteaba a ratos embelesada por la belleza del mundo, las venas de la tierra como los ríos del Amazonas que se comparten entre Venezuela y Colombia, apreciar como va cambiando la geografía del mundo, desde las montañas altas y nevadas de Ecuador, el MAJESTUOSOS Y ENAMORADA QUE ME DEJO »DESIERTO DE PERÚ» Si… ese »peladero de chivo» (Espacio solo y vacío) a mi me robo el corazón y genero una conexión especial con solo verlo desde lo alto. Pasadas las 4:00pm Estacionamos en el Aeropuerto Internacional de Pisco (Perú) para una recarga de combustible y cambio de Azafatas, pero minutos antes mientras aterrizábamos lo que mi corazón mas allá de mi vista presencio fue una hermosa población en medio del mismo desierto que me tomare la tarea de averiguar mas adelante y quién quita, quizás un día visitarla. Ahora con dirección al Aeropuerto Internacional Arturo Comodoro Benítez de la Ciudad de Santiago, para mi hoy en día cuando escribo esta bitácora con cariño »La ciudad de las fieras».

Jajaja.. No por nada malo, Santiago es una excelente ciudad! Con su ritmo como todas las ciudades que nos hacen ver como fieras de concreto dado a su día a día.

9:00pm. Llegue. Un aterrizaje satisfactorio. Seguí en compañía de aquellos amigos de vuelo que había hecho con dirección al protocolo de desembarque en suelo chileno y el ingreso a una micro que nos llevaba hasta el área interna del aeropuerto nos fuimos dispersando cada uno por su dirección, no los volví a ver mas… Llegue al anden de maletas obviamente como soy de despistada nunca me di cuenta cual era la mía y pase unos minutos ahí por gusto esperando que saliera, hasta que un trabajador del aeropuerto capto mi atención y me pregunto si algunas de las maletas que habían colocado atrás era la mía y ¡Ah! Me fije, si ja,ja reí la tome le di las gracias y me fui..

Por el canal de salida como el de la luz en un parto… Yo, el bebé naciente en esta historia me dirigía. No entendía nada, saludaban montones de personas con carteles y pancarticas que esperaban a sus familiares emocionados tras las barandas de aquel pasillo, yo sonreía emocionada porque ya iba a ver a mi hermana y los que esperaban mi llegada y así de pronto me acerque mas y ahí estaban en la salida de esa cesárea, Desirée, Marcelo y Jocsan. Un encuentro lo bastante alocado, acelerado y emocionante, el abrazo reponedor nuevamente de mi hermana después de casi 2 años, la sonrisa satisfecha de Marcelo y el levantón de Jocsan por la emoción. La verdad esta llegada fue bastante LOCA. Todos estaban emocionados, Desirée me abrigaba con una parca mientras Jocsan y Marcelo se paliaban por ver quien de los dos llevaba mi maleta JAJAJA. Inmediatamente salimos del Aeropuerto y lo que vieron mis ojos no es ahora tan igual como se veía en Venezuela, era La Luna, inmensa y llena se veía tan cerquita como si pudiera a alcanzarla. Guao! expresé.

Sí, la luna se ve mas cercana en los cielos de Chile. Creo que podría alcanzarla.

Autor: Alturas desde mi corazón

Un día viaje y comencé a contarlo...

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